Más de 250.000 personas colmaron la Plaza de San Pedro y sus alrededores para despedir al Papa Francisco en un funeral masivo que reunió a peregrinos de todo el mundo, jefes de Estado y líderes religiosos. La ceremonia, presidida por el cardenal Giovanni Battista Re, siguió el estricto protocolo litúrgico y marcó el fin de un pontificado que revolucionó la Iglesia Católica.
Desde la madrugada, miles de fieles hicieron fila para ingresar a la plaza. Entre ellos, Andrea Ugalde, una peregrina de Los Ángeles que viajó apenas se enteró de la muerte del pontífice: «Arranqué como una bala para conseguir un lugar en primera fila. No dormí, pero valió la pena».
Gabriela Lazo, una peruana de 41 años, llegó tras conducir ocho horas desde La Verna con su familia: «Le tenemos tanta devoción. Un Papa sudamericano que llevamos en el corazón».
Mientras algunos rezaban en silencio, otros portaban banderas, camisetas con su rostro y estandartes en su honor. «Fue muy difícil entrar, pero es una oportunidad única en la vida», dijo Eloise Bird, una australiana que asistió con sus hijos.
La ceremonia, transmitida en vivo a todo el mundo, contó con la presencia de más de 130 delegaciones extranjeras, incluyendo:
- Javier Milei (Argentina)
- Lula da Silva (Brasil)
- Donald Trump (EE.UU.)
- Volodímir Zelensky (Ucrania)
- Príncipe William (Reino Unido)
Tras la misa, el féretro recorrió 6 km por las calles de Roma hasta la Basílica de Santa María la Mayor, donde fue recibido por cardenales para un entierro íntimo.
La tumba del Papa Francisco, ubicada entre la Capilla Paolina y la Capilla Sforza, es sencilla: una lápida de mármol blanco con la inscripción «FRANCISCUS» y una réplica de su cruz pectoral en plata.
«Era un santo en vida. Vino a hacer una revolución en la Iglesia, con amor hacia la gente», dijo Gabriela Bracamonte, una argentina que viajó para la ocasión.
A partir del domingo, los fieles podrán visitar su sepulcro para rendirle homenaje. El mundo llora a un líder que cambió la historia de la Iglesia, pero su mensaje de justicia, misericordia y apertura perdurará.
