La Guardia Costera de Estados Unidos confirmó el hallazgo de un avión desaparecido en Alaska con diez personas a bordo, todas las cuales perdieron la vida en el accidente. La aeronave fue localizada a unos 54 kilómetros al sureste de Nome, tras intensos operativos de búsqueda en condiciones climáticas adversas.
El avión, un Cessna 208 Grand Caravan operado por Bering Air, despegó el jueves con destino a Nome desde Unalakleet, pero perdió contacto con los radares mientras sobrevolaba el Norton Sound. Según reportes oficiales, la aeronave experimentó una rápida pérdida de altitud y velocidad antes de desaparecer.
La operación de rescate enfrentó múltiples obstáculos debido a las severas condiciones meteorológicas, incluyendo temperaturas de hasta -15°C y visibilidad reducida por la nieve. Equipos de la Guardia Nacional, la Guardia Costera y diversas agencias locales desplegaron helicópteros y aviones C-130 para rastrear el área, sin éxito inicial. Finalmente, el viernes en la mañana se identificó un “punto de interés”, lo que llevó a la localización de los restos de la aeronave.
Entre los fallecidos se encontraban dos empleados del Consorcio de Salud Tribal Nativa de Alaska (ANTHC), Rhone Baumgartner y Kameron Hartvigson, quienes viajaban para realizar trabajos esenciales en una planta de agua comunitaria. “Eran apasionados por su labor y dieron lo mejor de sí por las comunidades rurales”, expresó Natasha Singh, directora interina de ANTHC.
Las familias de los pasajeros han sido notificadas, aunque hasta el momento no se han divulgado más identidades de las víctimas. Todos los ocupantes eran adultos, según informó la policía estatal de Alaska.
Uno de los aspectos que más intriga a los investigadores es la falta de señal del transmisor localizador de emergencia (ELT) del avión, dispositivo que debe activarse en caso de accidente. “No hemos recibido ninguna señal del ELT, lo que es inusual en este tipo de eventos”, declaró el teniente comandante Benjamin McIntyre-Coble de la Guardia Costera.
El FBI ha intervenido en la investigación, empleando tecnología para rastrear los teléfonos móviles de los pasajeros y obtener más datos sobre el último paradero de la aeronave antes del siniestro.