CUIDANDO A SU BEBÉ SUFRIÓ UN ROBO Y LA GENTE LE DEVOLVIÓ LA ESPERANZA

 


Juan Miguel Ruiz Díaz se despertó el domingo luego de recostarse un rato en el piso en las inmediaciones de la sala de Neonatología, en el hospital materno infantil San Roque, en Paraná, y se encontró que lo habían despojado de sus pocas pertenencias. Sus prendas y también las de su hijito, que hoy cumple 7 días, ya no estaban. “Sufrimos un robo lamentablemente. Llevaba casi tres noches sin dormir y me tuve que tirar un ratito”, contó a UNO el joven de 25 años oriundo de Esquina, Corrientes, donde se dedica a la albañilería.

Miguel había llegado el jueves desde su ciudad acompañando en una ambulancia a su bebé recién nacido, y también vino con ellos su suegra, Graciela Zapata. El pequeño nació con 3,250 kilogramos y cinco horas después de la cesárea empezó a tener problemas respiratorios. Por la gravedad del cuadro tuvo que ser trasladado a un centro de mayor complejidad para ser tratado, y como no pudo ser derivado a un lugar especializado en su provincia, debido a que desde el 8 de julio permanece cortado el puente sobre el arroyo Guazú, en el kilómetro 713 de la ruta nacional 12, llegaron a la capital entrerriana tras recorrer los 248 kilómetros que separan ambas localidades.


Desconcertado por haber sufrido un hurto dentro del nosocomio, donde alguien se aprovechó de su situación de vulnerabilidad al quedarse dormido tras cuidar tantos días a su hijito, compartió lo que le había pasado con uno de los enfermeros, Diego Barsante, que enseguida lanzó un pedido solidario a través de Facebook para ayudarlo. La respuesta fue inmediata, y ayer fueron muchos los paranaenses que llegaron al lugar para llevarle ropa y calzado para él, y por supuesto ropita y pañales para el bebé. Fue tanta la cantidad de cosas que en un gesto bondadoso la gente le acercó, y sabiendo que hay muchos que también necesitan una mano, decidió llevarse lo que le hacía falta y lo demás dejarlo para otras personas que precisan una ayuda.

Pero no fue la única buena noticia: también ayer le dieron el alta al bebé, de nombre Jeremías. Pasado el mediodía vinieron los padres de Miguel a buscarlos en camioneta y pudieron volver a su hogar donde los esperaba Andrea, la flamante mamá a la que también habían dado de alta, y su otro hijo, de 1 año y medio.


Con timidez comentó que lo sorprendió haber recibido tanta ayuda, y agradeció a quienes le tendieron una mano para que ellos no pasen necesidades: “Acá hay un enfermero, Diego, con el que nos hicimos compinches, y fue el que armó todo”, dijo Miguel en referencia a la cruzada solidaria que no solo le aportó cosas materiales, sino que además le devolvió la esperanza. A su vez, reflejó la alegría de poder volver a su casa y reencontrarse con el resto de su familia luego de superar el susto por el estado de salud de su pequeño y también la decepción por haber sido robado en esas circunstancias. “Estoy bien, y más ahora que vuelvo a Esquina”, enfatizó.

Por su parte, su suegra, Graciela Zapata, expresó: “Estamos muy contentos porque el bebé ya está bien, y muy agradecidos por estas donaciones. Uno no viene a un hospital preparado para que le pase esto. Pero a pesar de que hay malas actitudes, están las buenas personas, gracias a Dios. La gente de Paraná nos ayudó y los bendigo a todos”.

Previo a partir hacia su ciudad de origen señaló que recibieron ropa de bebé y pañales y prendas para Miguel, a quien le habían sacado todo. “También cobijitas para mi nieto, que nos vienen muy bien, porque nos dijeron que durante el viaje hay que cuidarlo, abrigarlo para que no pierda temperatura. Tiene que estar calentito después de lo que le pasó”.

Hurtos en el hospital

En el contexto del robo sufrido por Miguel, una persona que presta servicios en el nosocomio dio cuenta de que hay antecedentes de este tipo y comentó en Facebook: “Pasan esas cosas, que se llevan lo que no es de ellos, por eso yo siempre les digo a los papás de la Terapia donde yo soy personal de Maestranza que no dejen sus cosas solas”.

Consultado por esta situación, el director del hospital San Roque, Walter Luchetti, dijo a UNO no es común que ocurran este tipo de hechos. “Hay cámaras, hay policías, y esto hace que disminuyan este tipo de actos”, aseguró.

A su vez, señaló: “El papá no hizo ninguna denuncia en el hospital ni se acercó a hablar a la Dirección. Me enteré de esto por las redes sociales. El hospital no se puede hacer cargo de las pertenencias de la gente, es un lugar público y le pedimos a la gente que va que cuide sus cosas personales”.

El joven ya pudo volver a su casa

Diego Barsante es enfermero en el hospital San Roque y fue quien le brindó a Miguel Ruiz Díaz una mano gestando una movida solidaria que superó todas las expectativas, cuando en su muro de Facebook publicó la situación: “Voy a contarles una breve historia, de las que pasan en el hospital donde trabajo, el hospital materno infantil de la ciudad de Paraná, Entre Ríos.

Como es de público conocimiento, hace un tiempo la caída de un puente en la vecina provincia de Corrientes dejó aislada a una parte de la población con sus ciudades vecinas próximas, siendo en estos momentos Paraná la localidad que brinda atención médica a sus pacientes que requieren alguna complejidad. Así llegó un bebé hasta nuestra Neonatología, con algunas necesidades de salud que atender, y con su joven papá como único contacto cercano, quien ha estado día y noche en la puerta de la sala de internación a la espera de noticias sobre la evolución de su bebé tan querido”.

En este marco, contó que como los padres no tienen en el nosocomio un espacio físico donde pasar “sus largos, y en muchos casos, agónicos días”, se acomodan “en algún banco dentro del hospital o el piso, en algún rincón, para hacer más penosa aún su situación”.

Así relató lo que le pasó al joven papá el lunes de madrugada: “En plena tormenta y con frío, en un momento en que quedó dormido en el piso, alguien decidió quedarse con sus pertenencias materiales, dejándolo en una muy delicada situación de identidad, comunicación, vestimenta, dinero. Le robaron lo poco que traía, hasta la ropa de su bebé”.

Barsante relató que Miguel quedó sin abrigo ni documentación ni medios de comunicación que le permiteran llevarle noticias a la mamá, que estaba internada en su ciudad de origen, y tampoco contaba con dinero para alimentarse. “Solo está en ojotas, pantalón y buzo”, aseguró.

Afortunadamente numerosas personas se hicieron eco del pedido y se acercaron al hospital. Con lo que pudieron ayudaron, y además de las cosas materiales le acercaron una palabra de aliento, un abrazo y un poco de contención. Con la sonrisa rebosante de felicidad Miguel pudo volver a su provincia llevándose a su pequeño bebé en brazos y la satisfacción de saber que ante las adversidades, siempre hay gente dispuesta a ayudar.

Fuente: Uno Santa Fe