Manejar con ojotas: la aclaración de la Agencia Provincial de Seguridad Vial

Tras la polémica que desató a nivel nacional la multa a un mendocino que manejaba su auto en ojotas, la Agencia Provincial de Seguridad Vial aclaró qué pasa en Santa Fe si conducís con calzado de verano.


Hace unas semanas un hombre fue multado por manejar en sandalias en Guaymallén, Mendoza y debió pagar 720 pesos aunque la sanción ascendía a 1.200 pesos. Compartió en Facebook el comprobante de la sanción y rápidamente se viralizó. Todos se comenzaron a preguntar qué pasaba en sus provincias.

Lo cierto es que a nivel nacional no hay una normativa que prohíba el uso de ojotas y la única provincia argentina que lo tiene sancionado es Mendoza. Allí está prohibido manejar en ojotas, sandalias o crocs abiertas que no ajusten todo el pie.


La semana pasada la Agencia Provincial de Seguridad Vial aclaró en un tuit que en Santa Fe no existe una normativa que prohíba conducir con el calzado de verano y por lo tanto “no acarrea sanciones”. Pero en este sentido recomendaron “usar siempre un calzado cómodo y cerrado para evitar riesgos” en las maniobras y desaconsejaron “utilizar ojotas, tacos o conducir descalzo”.

https://twitter.com/RedSegVial/status/1090919537774604289?ref_src=twsrc%5Etfw%7Ctwcamp%5Etweetembed%7Ctwterm%5E1090919537774604289&ref_url=https%3A%2F%2Fwww.unosantafe.com.ar%2F%2Fsanta-fe%2Fmanejar-ojotas-aclaracion-agencia-provincial-seguridad-vial-02042019_SyLOEnH4E

Cabe recordar que solo existe requerimientos de calzado apropiado en la legislación para la conducción en bicicleta. La Ley Nº 24.449, en su artículo 40 bis, indica que “el conductor lleve puesto un casco protector, no use ropa suelta y que esta sea preferentemente de colores claros, y utilice calzado que se afirme con seguridad a los pedales”.


¿Por qué es peligroso manejar en ojotas?

No obstante es importante conocer los riesgos que puede implicar manejar un vehículo con un calzado no adecuado.

  • Puede hacer que el conductor pierda el contacto con los pedales, debido a la poca adherencia de este tipo de calzado.
  • Producen una presión extra con el pie que puede generar maniobras bruscas y peligrosas.
  • Suponen un riesgo extra: al no estar sujetas a la parte trasera del pie, pueden llegar a provocar un enredo o una traba.
  • Hacen que los movimientos no sean ágiles como con una zapatilla deportiva, o un calzado cerrado.

Fuente: Uno Santa Fe