El presidente Javier Milei y la vicepresidenta Victoria Villarruel se sumaron al Desfile militar por el Día de la Independencia de forma activa, subiéndose a un tanque.
Los integrantes del Poder Ejecutivo desfilaron junto a las fuerzas armadas por algunos metros a borde un tanque militar que formó parte de la presentación.
Acompañado de Victoria Villarruel y entre aplausos, Milei exclamó “¡Viva la libertad, carajo!”, mientras se escuchaba la enérgica locución oficial
“El Presidente se suma al fervor popular, al espíritu de alegría, a la participación protagónica que emana desde ambos costados de esta avenida del Libertador”, exclamaba la voz que relataba el evento.
El desfile, que se desarrolló a lo largo de la avenida Libertador de la Capital Federal, fue diseñado con el foco en el paso de las tres Fuerzas Armadas frente a Milei y otros funcionarios de gobierno. La narrativa del evento buscó resaltar valores nacionalistas en medio de un contexto de ajuste económico y reforma estatal.
La Iglesia reclamó no “lavarse la manos” ante la situación social del país
El arzobispo de Buenos Aires, Jorge Ignacio García Cuerva, encabezó el Tedeum en la catedral metropolitana y envió un fuerte mensaje social ante la mirada del presidente Javier Milei y todos sus ministros.
«Nadie se puede lavar las manos ante la situación social que estamos viviendo», enfatizó el prelado, que comenzó su discurso haciendo referencia a los «hermanos paralizados hace años en su esperanza» y los que están «atravesados por el hambre la soledad».
“Una justicia largamente esperada tantos argentinos tendidos, sobre una manta en el frío de las veredas de las grandes ciudades del país, postrados a consecuencia de la falta de solidaridad y el egoísmo. En definitiva, tenemos una Argentina que nos duele hace mucho, que se dice independiente hace 208 años pero que aún hoy sufre las cadenas de diversas esclavitudes, que no nos dejan caminar como pueblo hacia un desarrollo pleno y una mejor calidad de vida para todos”, sostuvo.