El 20 de enero de 2025, Donald Trump asumirá nuevamente la presidencia de Estados Unidos, marcando el inicio de su segundo mandato tras derrotar a Kamala Harris en las elecciones de 2024. Entre los invitados destacados al acto de juramento en Washington se encuentra el presidente argentino Javier Milei, quien, a pesar de no haber recibido aún una invitación formal, ha sido invitado de manera informal. La presencia de Milei en este evento subraya la afinidad ideológica que comparten ambos líderes.
La relación entre Milei y Trump se ha ido fortaleciendo desde su primer encuentro en la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC). Posteriormente, coincidieron en Mar-a-Lago, la residencia de Trump en West Palm Beach, durante las celebraciones por su victoria electoral. Este vínculo cercano no solo refleja admiración mutua, sino también una estrategia de alianzas en el contexto de un orden mundial donde los liderazgos han mutado.
Entre otros invitados al juramento presidencial se espera la asistencia de figuras como Xi Jinping de China, Giorgia Meloni de Italia y Nayib Bukele de El Salvador, aunque estas también aguardan confirmación formal. Su presencia en la ceremonia reflejaría el interés global en la nueva administración y los equilibrios que se delinearán en el escenario internacional.
Por su parte, Milei enfrenta desafíos significativos en el ámbito económico nacional, entre ellos una compleja negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI). El mandatario argentino busca un desembolso sustancial que el organismo financiero internacional ha rechazado en reiteradas ocasiones. Sin embargo, el estrecho lazo con Trump podría abrir nuevas puertas, como sucedió en 2015 cuando Mauricio Macri logró un acuerdo excepcional con el FMI durante la presidencia de Trump.
La sintonía entre ambos líderes podría facilitar una intervención informal de Trump para respaldar las gestiones de Milei ante el FMI, consolidando lazos estratégicos entre Estados Unidos y Argentina. Este alineamiento podría posicionar a la Argentina como un aliado clave en la región, en un contexto de crecientes tensiones globales.