El Gobierno oficializó una nueva normativa para el Sistema de Defensa Nacional mediante el Decreto 1112/2024, que redefine el alcance y las capacidades de las Fuerzas Armadas con el objetivo de modernizar su funcionamiento ante nuevas amenazas, como el terrorismo y los ciberataques. Esta medida deroga el Decreto 727/2006, que restringía la acción militar a agresiones externas perpetradas por Estados, e introduce un concepto más amplio que incluye ataques de actores no estatales, como grupos terroristas y organizaciones paramilitares, además de escenarios novedosos como el ciberespacio y el espectro electromagnético.
La normativa habilita a las Fuerzas Armadas a operar en zonas de seguridad fronteriza para tareas de vigilancia y control en tiempos de paz, así como a brindar apoyo logístico en emergencias, siguiendo lo estipulado en su artículo 17.
También refuerza su rol en la protección de infraestructura crítica, como represas y centrales nucleares, priorizando áreas consideradas estratégicas. Si bien no se detallaron públicamente estas zonas por motivos de seguridad, las mismas serán definidas bajo criterios tácticos y estratégicos.
Un eje central de esta actualización es la modernización tecnológica. Se contempla la incorporación de inteligencia artificial y sistemas no tripulados, así como el fortalecimiento de capacidades en defensa cibernética y en el uso del espectro electromagnético. Además, el decreto establece un Ciclo de Planeamiento de la Defensa Nacional que orienta las directrices para la actuación conjunta de las tres fuerzas y fomenta una mayor interoperabilidad con aliados internacionales, buscando responder de manera más efectiva a las amenazas globales.
Por otro lado, el decreto apunta a mejorar la capacidad de respuesta frente a actividades ilícitas, como el narcotráfico, en regiones estratégicas del país. Este enfoque busca reforzar la seguridad nacional en un contexto de creciente complejidad y desafíos trasnacionales.