Con un desenlace desgarrador culminó la búsqueda de Pablo Ovando y su hijo Agustín, quienes habían desaparecido el pasado martes 15 de abril tras salir a pescar en su embarcación WALLY I por el río Paraná. Los cuerpos de ambos fueron hallados río abajo, a varios kilómetros del lugar donde se perdió el rastro de su lancha.
El fiscal Ríos, a cargo de la investigación, informó que el cuerpo del pequeño Agustín fue encontrado en la tarde del jueves, a tres kilómetros de donde estaba la embarcación. Horas después, en la madrugada de este sábado, localizaron a Pablo Ovando, tres kilómetros más abajo.
Las autoridades descartaron signos de violencia o lesiones sospechosas. «El médico forense determinó que fue un ahogamiento por inmersión. No hay elementos que justifiquen ampliar la investigación», explicó el fiscal, quien decidió prescindir de la autopsia y autorizó la entrega de los cuerpos a la familia para su velatorio y sepultura.
La desaparición de Pablo y Agustín conmocionó a Reconquista y zonas aledañas. Desde el miércoles, decenas de voluntarios, colegas pescadores, fuerzas de seguridad y vecinos participaron en un operativo de rastreo, revisando las aguas y costas del Paraná con la esperanza de encontrarlos con vida.
Pablo, reconocido guía de pesca en la región, era muy querido por su profesionalismo y calidez humana. La noticia de su muerte y la de su pequeño hijo dejó una profunda tristeza en la comunidad.
