A lo largo del año 2023, la pobreza en Argentina mostró una suba y en el segundo semestre del año llegó al 41,7% de la población, por lo que unos 19,4 millones de personas no lograron cubrir los gastos de la canasta básica, informó este miércoles el Indec. A su vez, la tasa de indigencia, referida a quienes no tienen cubiertas sus necesidades alimentarias, llegó hasta 11,9%, es decir unas 5,5 millones de personas.
Un año atrás, un 39,2% de las personas era considerada pobre en la Argentina y un 8,1%, indigente. Y hace seis meses esas cifras ya habían escalado hasta 40,1% y 9,3 por ciento. En definitiva, el avance de la indigencia fue más rápido: de un año a otro la pobreza creció 2,5 puntos porcentuales y la indigencia, 3,8 puntos.
El empeoramiento de los indicadores sociales se dio en paralelo con números favorables en los porcentajes de desempleo, lo que da cuenta de que el fenómeno está más explicado por la marcada caída del poder adquisitivo de los salarios y las jubilaciones. La inflación cerró el 2023 en 211,4 por ciento, la cifra interanual más alta en tres décadas.
Analizado por sectores de la población, el Indec mostró que en el segundo semestre de 2023 el 58,4% de los chicos de hasta 14 años fueron considerados pobres. De ese total, casi el 19% ni siquiera tenía cubiertos los gastos alimentarios. Otro detalle que refleja el informe es que la franja etaria con números más críticos es la que va entre los 12 y 17 años: la pobreza alcanza al 59,4% de ellos y la indigencia, al 19,7%.
Las distintas regiones del país muestran realidades diversas. El conglomerado urbano con el número más alto de pobreza es el Gran Resistencia (Chaco), con 65,2%; le siguen Concordia, Entre Ríos (56,2%); Santiago del Estero-La Banda (53,2%); La Rioja (51,6%), Gran Santa Fe (48,9%); Formosa (46,9%); San Nicolás-Villa Constitución (46,7%); Rawson-Trelew (46%) y el Conurbano Bonaerense (45,5%).