LA ROPA SE PAGA SEIS VECES MÁS QUE EL COSTO DE PRODUCCIÓN

Los impuestos explican la mitad del precio final que paga un consumidor por la indumentaria. Este es una de las conclusiones que surgen de un informe de la consultora Invecq que intenta responder la pregunta de por qué es tan cara la ropa en Argentina .


El trabajo analizó la cadena de valor compuesta por tres eslabones ( y un consumidor final. Toma como ejemplo una empresa que terceriza la fabricación de sus prendas en una fábrica de China.

Se considera esta situación ya que el 61 por ciento de la indumentaria que se vende en el país es importada, según la fundación ProTejer, y, de esta, el 42 por ciento proviene del país asiático.


La consultora aclara que, si las prendas se produjeran en el país, el costo de fabricación terminaría siendo mucho más alto y, en lugar de representar el 14 por ciento del valor final, subiría al 20 por ciento.
Los números

En el ejemplo, una remera de algodón tiene un costo de fabricación aproximado de cinco dólares, lo cual arroja un valor FOB de importación de 90 pesos.


Sin embargo, el consumidor termina pagando esa prenda en el comercio a 650 pesos, seis veces más.

Para llegar a ese precio final, a los costos de importación se le suman todos los gastos de envío, administración, comercialización, financieros e impositivos, con lo cual, el importador termina vendiendo la remera a los comercios a 270 pesos más IVA.

A su vez, los locales comerciales, tienen que marcar la remera de modo de cubrir todos los gastos comerciales, financieros, impositivos y sueldos y que le quede una utilidad. Así se llega al precio final, IVA incluido de 650 pesos.

Composición

Esa gran diferencia en valores no la captan en su mayor parte, ni las marcas de ropa (que tienen un cinco por ciento de margen de utilidad, según el ejemplo) ni los comercios (con un extra del dos por ciento).

Por el contrario, el mayor componente del precio final son impuestos: el 51,2 por ciento.

Ese componente impositivo se desagrega en los impuestos propios de la cadena de valor, que representan el 41 por ciento del valor final de la prenda. De cada 650 pesos que paga un consumidor por una remera,$268 corresponden a estos impuestos directos.

Aquí se ncluyen IVA, Derechos de Importación, Ingresos Brutos, Débitos y Créditos, Impuesto a las Ganancias y Cargas Sociales.

Pero, además de los impuestos directos de la cadena, dentro de los gastos administrativos, comerciales y financieros, hay muchos proveedores que también tienen que pagar tributos por sus actividades y negocios.

Con excepción del IVA, que lo paga el consumidor final, cada uno de los proveedores los abona. La incidencia impositiva adicional es de 65 más de impuestos extra cadena de valor o indirectos.

Teniendo en cuenta entonces todos los gravámenes, el total de la carga tributaria de la remera asciende a 333, lo cual representa el 51,2 por ciento del valor de la prenda.

A esto se deben agregar otros tributos que no se tuvieron en consideración por su dificultad de cálculo y ponderación unitaria: Ganancia Mínima Presunta, Bienes Personales, Impuestos sobre la Propiedad (Rentas y Automotor), Impuestos sobre Bienes y Servicios (Gas, Electricidad, Combustibles, entre otros.), tasas municipales y tasas de Seguridad e Higiene y demás impuestos menores.

Fuente: La Voz