Quedó en prisión preventiva el dueño de los pitbulls que atacaron a una beba y a su abuela

El juez penal Gustavo Urdiales dictaminó este viernes que Cristian Ariel Soloaga, un hombre de 45 años, quede en prisión preventiva en relación a la investigación del ataque de dos perros pitbull a una mujer y a su nieta de 18 meses en el barrio Santa Rosa de Lima. El juez determinó que Soloaga era responsable de los animales y no tomó medidas para evitar el ataque, que dejó a la niña en estado crítico en el hospital de Niños.


El fiscal Omar De Pedro está a cargo de la investigación y ha imputado a Soloaga por el delito de lesiones graves y gravísimas con dolo eventual. Se sostiene que Soloaga era consciente de que los perros podrían actuar de esa manera y no tomó ninguna medida para evitarlo. Los abogados defensores Tracy Dunnigan y César Fariz, quienes representan al imputado, planean presentar pruebas para refutar las acusaciones de la Fiscalía.

El fiscal De Pedro ha recopilado varios testimonios de testigos que relatan ataques anteriores de los perros a otras mascotas y personas. Algunos testigos afirman haberle advertido a Soloaga sobre el cuidado de los perros. El fiscal subrayó que los animales carecían de medidas de seguridad y no habían sido vacunados.


El juez Urdiales llegó a la conclusión de que Soloaga era el único responsable de los perros y que tenía pleno conocimiento de la alta probabilidad de un ataque, dado que hay personas circulando por la vía pública. Según el juez, también se pudo comprobar que Soloaga era la única persona capaz de evitar el ataque de los animales, ya que varios testigos afirmaron que solo le hacían caso a él. Además, el juez resaltó que Soloaga demostró desinterés por cumplir con las normas, ya que los perros no habían sido vacunados ni registrados como perros peligrosos.

En cuanto a la calificación legal seleccionada por la Fiscalía, el juez encontró acreditada la atribución de dolo eventual, ya que Soloaga demostró indiferencia ante el resultado que podía pasar: “si podía pasar, pasa, pero a mí no me importa”, graficó el juez.


Al momento de analizar los riesgos procesales el juez dio por acreditado el entorpecimiento probatorio: los testigos son todos vecinos que además ya habían advertido la peligrosidad de los animales.

Finalmente, el juez entendió que dictar la prisión preventiva de Soloaga es también un mensaje para la sociedad, cuando hay una víctima vulnerable de muy corta edad luchando por su vida en el hospital, “no sería lógico disponer la libertad”, cuando se ha acreditado la responsabilidad del imputado en este caso.

Ataque

La imputación que pesa sobre Soloaga es que “teniendo en su poder dos perros pitbull de gran porte físico y con antecedentes de ataques y de mucha agresividad hacia otros animales y personas, siendo consciente del alto riesgo de graves consecuencias que significaba para terceros que salieran a la vía pública, sin la adecuada supervisión ni elementos de seguridad”, permitió que los animales estén en el jardín delantero de la vivienda, y dejó además la puerta abierta.

Los canes salieron a la calle sin obstáculos a atacar a las víctimas que pasaban caminando frente al domicilio. De Pedro precisó que los dos canes mordieron reiteradamente a la mujer que llevaba a su nieta en brazos, y cuando debió soltarla a causa del ataque también arremetieron contra la pequeña. El accionar de los animales fue interrumpido por vecinos de la zona que con esfuerzo y arriesgando su integridad física pudieron alejarlos.

El fiscal detalló que los animales fueron entregados al imputado, que se encontraba en la vereda observando todo lo que ocurría; el perro volvió a soltarse y nuevamente arremetió contra la mujer, que sufrió heridas en el rostro y en los brazos. En tanto, la niña de 18 meses resulto con traumatismo grave de tórax con compromiso de caja torácica y pulmonar.

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